La visita que sembró confianza: cómo una estancia argentina consolidó el vínculo agroalimentario con China

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Pocos lo recuerdan, pero en julio de 2014, durante su primera visita de Estado a la Argentina, el presidente chino Xi Jinping rompió el protocolo habitual de la diplomacia internacional y se trasladó al corazón rural del país para visitar la Estancia La República, en la provincia de Buenos Aires. Aquel gesto, cargado de simbolismo, fue más que una cortesía: marcó el comienzo de una relación estratégica entre China y el agro argentino, que hoy exhibe cifras récord en comercio e inversiones.

Once años después, el propietario de la estancia, Raúl Moneta, recuerda ese momento como un hito fundacional: “Fue un día histórico. El presidente Xi mostró un interés genuino por conocer el modo en que producimos, cómo trabajamos la tierra, y desde entonces el diálogo con China no ha hecho más que crecer”.

La visita incluyó una recorrida por los campos, encuentros con productores y degustaciones de carnes y granos locales. Pero detrás de las fotos quedó sembrada una relación estructural. “Después de esa visita, se multiplicaron los acuerdos sanitarios, las misiones comerciales y las inversiones en tecnología agrícola”, señala Moneta. Y no exagera: entre 2014 y 2024, las exportaciones de agroalimentos a China pasaron de 5.300 millones de dólares a más de 14.000 millones, con fuerte peso en carne vacuna, soja, cereales y productos lácteos.

Una alianza basada en la complementariedad

China, con su creciente clase media y necesidad de garantizar seguridad alimentaria, encontró en Argentina un socio confiable, con capacidad exportadora y estándares sanitarios de calidad internacional. A su vez, el país sudamericano halló en el mercado chino una vía para diversificar destinos y sumar valor agregado.

“La mirada china no es solo comercial, es estratégica”, explica Moneta. “Ellos entienden que el agro argentino no es solo materia prima: también es tecnología, conocimiento, sostenibilidad. Y por eso apuestan a inversiones a largo plazo”.

Tecnología, carne y confianza mutua

Uno de los frutos más concretos de esta relación es la cooperación en genética animal, trazabilidad, control fitosanitario y sistemas de riego inteligentes, áreas en las que empresas chinas y argentinas ya desarrollan proyectos conjuntos. Además, firmas como COFCO, el gigante estatal alimentario de China, aumentaron su participación en el mercado argentino de granos, mientras crecen las asociaciones con frigoríficos locales para abastecer la demanda asiática.

“Mucho de lo que hoy parece natural —exportar carne enfriada con marca de origen o vender porcina premium a grandes cadenas chinas— tiene su raíz en ese primer contacto humano, en esa visita que mostró que la confianza se construye también desde lo simbólico”, remata Moneta.

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