La cooperación entre China y América Latina en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta avanza a un ritmo vertiginoso, como lo demuestran los últimos hechos de relevancia.
Destacan entre ellos, un convenio de colaboración entre China y Colombia en el marco de tal mecanismo. Durante la visita del presidente colombiano Gustavo Petro a mediados de mayo, ambos países acordaron un plan para la construcción conjunta del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, lo que marca una adhesión formal del país latinoamericano a la propuesta china.
Tras la rúbrica, funcionarios colombianos y empresas chinas expresaron sus mejores deseos de profundizar la colaboración en diversos campos.
Mayores expectativas
El acuerdo fomentará el desarrollo de Colombia y le permitirá disfrutar de las oportunidades con China en las esferas del transporte y la conectividad, declaró Edwin Palma, ministro de Minas y Energía de Colombia, en una reunión de inversión Colombia-China celebrada en Beijing la semana pasada.
Como una de las firmas chinas con operaciones de larga data en el país andino, la Corporación de Construcción Energética de China (PowerChina) ha centrado sus esfuerzos en áreas clave como gestión del agua, edificación de viviendas, energías renovables y minería. A finales de abril, contaba ya con 16 proyectos, según un comunicado de la compañía el jueves.
Uno de los principales es el hidroeléctrico de Ituango, firmado en 2023 y actualmente en marcha. Se trata de la mayor planta de generación eléctrica del país, con una capacidad instalada de 2400 megavatios para unos 13 900 gigavatios-hora al año.
Una vez completado, se espera que satisfaga alrededor del 9 % de la demanda total de electricidad de Colombia, sirviendo como un centro de energía limpia en apoyo de la transformación económica estructural en la región de Antioquia y del desarrollo nacional, precisó la firma.
PowerChina cuenta hoy en día con más de 100 trabajadores chinos y más de 2000 locales, un aporte sustancial a la creación de empleo in situ.
En los últimos años, el Gobierno colombiano ha ejecutado una serie de planes de infraestructura que abarcan carreteras, ferrocarriles, puertos, energía -en particular renovables- y sistemas de transporte urbano. Las empresas chinas, con su experiencia tecnológica y competitividad en costos en los rubros de energía y transporte, serán muy atractivas en este caso, acotó PowerChina.
Además de ella, la Corporación de las Tres Gargantas de China también ha emprendido una obra relevante. Situada cerca de la ciudad de Baranoa, en el Atlántico, al norte del país, la planta fotovoltaica Baranoa I fue el primer proyecto de la empresa en la nación andina, y hace poco se conectó con éxito a la red, reportó la firma en febrero.
Además de las obras energéticas, ambas partes estudian cooperar en rubros emergentes como la inteligencia artificial.
En China, Petro dijo que los dos países deben ahondar en la confianza política mutua, mejorar el apoyo mutuo, avanzar en la cooperación de la Franja y la Ruta, ampliar la colaboración en ámbitos como el comercio, la infraestructura, las nuevas energías y la inteligencia artificial, y mejorar los medios de vida de la población, reza una nota en el sitio web de la cancillería china.
Por su parte, el ministro Palma sostuvo que ve más oportunidades para Colombia en el transporte y la conectividad. «Facilitará el incremento de las exportaciones a Asia, especialmente en áreas donde Colombia tiene potencial. Lo esencial es que impulsará el desarrollo de la ‘economía del futuro’, la basada en el conocimiento», acotó.
El comercio bilateral creció un 13,1 % interanual hasta los 149 630 millones de yuanes (20 800 millones de dólares) en 2024, superando los 120 000 millones de yuanes por cuarto año consecutivo, según datos de la Administración General de Aduanas. China es ahora el segundo mayor socio comercial de Colombia, mientras que esta es el quinto de China en América Latina, reportó la Agencia de Noticias Xinhua.
Fuera de los ramos tradicionales, los países han extendido la cooperación a industrias emergentes. Según el Diario del Pueblo, marcas chinas de coches eléctricos como BYD ganan popularidad en las principales ciudades colombianas, como Bogotá y Medellín.
Un significado más amplio
En tanto, el plan de cooperación entre China y Colombia en el marco de la Franja y la Ruta posee un significado más extenso para la región latinoamericana, ya que aporta un nuevo ímpetu, según funcionarios y expertos.
«No se trata de un asunto bilateral, sino de un gran plan que involucra a China y a América Latina», afirmó Palma.
La decisión de Colombia de unirse a la iniciativa subraya el gran reconocimiento en la región de los beneficios que aporta el mecanismo, lo que anima a más naciones a participar con la esperanza de aprovechar el crecimiento económico chino, declaró el domingo Wang Youming, director del Centro de Países en Desarrollo del Instituto Chino de Estudios Internacionales de Beijing.
La inversión china se ajusta a las necesidades de desarrollo de los países latinoamericanos, especialmente en infraestructura, donde la región enfrenta un déficit de financiación, afirmó el especialista, y agregó que por eso el capital chino tienen buena acogida en Latinoamérica.
En ese sentido, la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), llevada a cabo en Beijing a mediados de mayo, adoptó la Declaración de Beijing y el Plan de acción conjunto China-CELAC para la cooperación en áreas clave (2025-27).
Este último esbozará medidas concretas para la colaboración en campos como innovación tecnológica, comercio e inversión, finanzas, infraestructura, agricultura y alimentación, informatización industrial, desarrollo energético y construcción conjunta de la iniciativa.
La Franja y la Ruta, en particular, ha acercado a China a países de todo el Pacífico. Hasta la fecha, más de 20 se han unido a ella, y 10 países han firmado planes de cooperación con China en su marco, informó Xinhua.
Zhou Zhiwei, experto en estudios latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, dijo que la cooperación China-América Latina ha crecido mucho en los últimos años, en términos de comercio, inversión y otras esferas.
Sin embargo, las partes poseen un vasto potencial para una mayor cooperación debido a su alto grado de complementariedad económica y a sus identidades e intereses comunes como naciones en desarrollo del Sur Global que encaran desafíos de desarrollo similares, se esfuerzan por avanzar en la modernización y están comprometidas políticamente con la reforma del sistema de gobernanza mundial y el establecimiento de un orden internacional justo y equitativo, recalcó.