Con una vibrante muestra de tecnología, cultura y cooperación internacional, este domingo se inauguró en Chengdu, capital de la provincia china de Sichuan, la 20ª edición de la Feria Internacional de China Occidental, un evento que ya se consolida como uno de los principales encuentros comerciales y diplomáticos del país.
Más de 3.000 empresas de 62 países y regiones participan de esta edición, que por primera vez cuenta con dos países invitados de honor: Laos y Hungría. Ambos han montado pabellones que reflejan no sólo su potencial comercial, sino también su identidad cultural. Laos presenta una muestra diversa con té, café, muebles y artesanías, mientras que Hungría desembarca con 17 firmas especializadas en vinos, dispositivos médicos y tecnologías verdes para el tratamiento de agua.

Un espacio estratégico para el desarrollo regional
Durante la ceremonia de apertura, el vice primer ministro de Laos, Kikeo Khaykhamphithoune, subrayó el valor de la feria como plataforma de intercambio comercial, integración regional y emparejamiento de negocios. “Este evento mejora efectivamente la conectividad de nuestras empresas con los mercados de Asia y más allá”, sostuvo.
El evento se lleva a cabo en una región clave para la estrategia de desarrollo del oeste de China, donde el gobierno central impulsa una mayor apertura, inversiones e innovación tecnológica.
Cultura y emprendimiento: el rostro humano de la feria
Además de los grandes nombres de la industria, la feria también da espacio a emprendedores y artesanos. Es el caso de Fransisca Pauline Tjandra, una expositora de Indonesia que participa por primera vez con una colección de accesorios hechos a mano, como collares de conchas. “Quiero que los chinos conozcan más sobre nuestras artesanías. Hasta aprendí algunas palabras en chino como ni hao, xiexie y duoshao qian para poder comunicarme mejor con el público”, comentó con entusiasmo.

Hasta el jueves, una ventana al futuro
Organizada por el Gobierno provincial de Sichuan, la feria se extenderá hasta el jueves y representa una oportunidad única para promover inversiones, intercambiar conocimientos y explorar nuevos mercados. La diversidad de sectores presentes —desde alta tecnología hasta alimentos, medicina y turismo— demuestra la capacidad de China Occidental para atraer y conectar con el mundo.
Con su espíritu de apertura y colaboración, esta feria no sólo refleja el dinamismo económico de China, sino también su interés en profundizar vínculos con países de Asia, Europa, América Latina y África. Un evento que, sin duda, seguirá ganando protagonismo en el mapa del comercio global.
Desde Chengdu, el comercio se proyecta hacia el futuro con espíritu multicultural y cooperación sin fronteras.