El Partido Comunista de China (PCCh) ha iniciado formalmente la fase crucial de planificación para su próximo ciclo estratégico. El secretario general del Comité Central del PCCh y presidente de China, Xi Jinping, presidió un simposio en Beijing con un objetivo fundamental: solicitar las opiniones de personalidades no pertenecientes al PCCh para la redacción de las recomendaciones del 15º Plan Quinquenal (2026-2030).
Este acto de consulta, que reunió a los líderes de los ocho partidos no comunistas de China, la presidenta de la Federación Nacional de Industria y Comercio de China, y un representante de personalidades sin afiliación partidista, no es una mera formalidad. Subraya el mecanismo de «cooperación multipartidista bajo la dirección del PCCh», un rasgo distintivo del sistema político chino que, históricamente, ha buscado legitimar los planes de desarrollo a largo plazo mediante la construcción de un amplio consenso social y económico.
El 15º Plan Quinquenal es de vital importancia, ya que el propio Xi Jinping lo ha anclado al objetivo de “lograr básicamente la modernización socialista”. El líder chino enfatizó que el periodo 2026-2030 será crítico para «reforzar los cimientos y avanzar en todos los frentes». La hoja de ruta estratégica se enfocará en tres pilares fundamentales: alcanzar una mayor autosuficiencia científica y tecnológica, avanzar firmemente hacia la prosperidad común y asegurar que el desarrollo se traduzca en bienestar tangible para la población.
Contexto histórico: la función estratégica de los planes quinquenales
La planificación quinquenal es la piedra angular del modelo económico y de desarrollo de China desde 1953. Estos planes no son simples proyecciones económicas; son documentos estratégicos y políticos que movilizan recursos masivos y fijan las prioridades ideológicas y sociales del Partido.
Desde el primer Plan Quinquenal (1953-1957), enfocado en la industrialización pesada de estilo soviético, hasta el actual 14º Plan (2021-2025), centrado en la «circulación dual» y la innovación tecnológica, cada ciclo ha marcado una etapa definitoria. La inclusión de voces externas, como se evidenció en el simposio, se intensificó notablemente a partir de la era de la Reforma y Apertura. Este proceso de consulta tiene varias funciones estratégicas:
- Legitimación social: Permite al PCCh afirmar que el plan representa los intereses de diversos sectores de la sociedad, incluyendo empresarios y académicos, y no solo la voluntad de la élite partidista.
- Aporte de experiencia: Los partidos no comunistas y la Federación de Industria y Comercio aportan experiencia técnica y feedback de las provincias y del sector privado, enriqueciendo la propuesta.
- Consolidación del frente único: Refuerza la estructura del Frente Único chino, asegurando que las fuerzas políticas externas al PCCh estén alineadas con la dirección estratégica del país.
Históricamente, estos mecanismos de consulta han servido para identificar cuellos de botella y para introducir flexibilidad en la implementación, lo que ha sido un factor clave en la capacidad de China para ejecutar proyectos masivos y sostener un crecimiento económico a largo plazo.
Las tres directrices clave para el 15º Plan Quinquenal
En su discurso, Xi Jinping delineó tres imperativos que guiarán la formulación de las recomendaciones, señalando un periodo de introspección estratégica en un entorno global cada vez más incierto:
1. Autosuficiencia tecnológica y nuevas fuerzas productivas
El desafío geopolítico con Occidente, especialmente en el sector tecnológico, ha consolidado la autosuficiencia tecnológica como una prioridad de seguridad nacional. Xi Jinping calificó este objetivo como un «apoyo estratégico para el desarrollo de alta calidad».
El llamado es a «lograr una mayor autosuficiencia y fortaleza en ciencia y tecnología». Esto se materializará en una aceleración para construir un sistema industrial modernizado y promover activamente el desarrollo de nuevas fuerzas productivas de calidad. Este concepto, que ha ganado prominencia en la retórica del PCCh, implica impulsar industrias de vanguardia basadas en innovación disruptiva, como la inteligencia artificial, la biotecnología y la fabricación avanzada, buscando reducir la dependencia de tecnologías extranjeras. Xi instó a «enfocarse en áreas clave y enlaces críticos que afectan y restringen el desarrollo de alta calidad,» dejando claro que el foco estará en superar cuellos de botella tecnológicos.
2. Consolidación de la prosperidad común
El segundo pilar reafirma el compromiso con la prosperidad común, el concepto económico y social insignia de la tercera era de Xi. Si bien este objetivo ha generado debates sobre el papel del sector privado, el plan quinquenal buscará avanzar en su implementación de manera «constante y progresiva».
El propósito es movilizar al Partido y a «todos los grupos étnicos del pueblo chino para trabajar juntos en la construcción de un gran país y la revitalización de la nación china». Este enfoque es tanto una medida redistributiva como una estrategia para asegurar una base de consumo interno robusta (circulación dual), necesaria para contrarrestar las vulnerabilidades del mercado externo.
3. Bienestar tangible y servicios públicos
El tercer imperativo pone a las personas en el centro, subrayando que beneficiar a la gente es la «orientación de valor fundamental» del Partido. El Plan Quinquenal deberá garantizar y mejorar el bienestar popular a través del desarrollo.
Esto se traducirá en la implementación de medidas más tangibles y accesibles para abordar las necesidades básicas de la población. Xi citó áreas esenciales como el empleo, la educación, la seguridad social, la vivienda, la atención médica, el cuidado de los ancianos y el cuidado de los niños. Este enfoque demuestra el esfuerzo del PCCh por aumentar la calidad de vida y aliviar las presiones sociales generadas por las altas tasas de crecimiento económico de las últimas décadas, especialmente en áreas como el acceso a la atención médica y la vivienda.
La insistencia de Xi Jinping en “concentrar los esfuerzos en gestionar bien los asuntos del país, independientemente de los cambios en el entorno externo” es un mensaje directo a la incertidumbre geopolítica. Con las crecientes tensiones comerciales y la fragmentación de la economía global, el 15º Plan Quinquenal se formula con la previsión de un entorno externo potencialmente hostil.
El simposio, que contó con la presencia de altos funcionarios del Politburó como Li Qiang, Wang Huning, Cai Qi y Ding Xuexiang, sirvió para garantizar que las directrices políticas clave ya están firmemente establecidas. El proceso de redacción de las recomendaciones es una etapa crítica que integrará las opiniones de los stakeholders consultados para construir un plan quinquenal que no solo sea viable, sino que cuente con el respaldo de la élite política y económica necesaria para su ambiciosa ejecución. El resultado será una hoja de ruta para el periodo 2026-2030 que definirá el camino de China hacia su meta de convertirse en una nación moderna y poderosa.

